Parashá para niños - Parashá 25: Tzav | Levítico 6:8 - 8:36
El Fuego que Nunca Se Apaga
Parashá para niños: En la Parashá Tzav, A través de la consagración de los sacerdotes, aprendemos que cada persona tiene un rol importante y que debemos servir con alegría y respeto.. ¡Descubre cómo estas enseñanzas nos inspiran hoy a vivir con bondad y obediencia!
Capítulo 1: El fuego especial del altar

En medio del campamento, se alzaba el gran altar de bronce. El Creador le dijo a Moshé: “¡El fuego del altar nunca debe apagarse!” Así, cada día, los sacerdotes traían madera para mantenerlo encendido, como una llama que recordaba la presencia eterna del Creador.
Capítulo 2: Las ofrendas con propósito

El Creador enseñó a Moshé que cada tipo de ofrenda tenía un propósito: algunas eran para agradecer, otras para pedir perdón. Aarón y sus hijos aprendieron a presentarlas con respeto, cuidando cada detalle como un acto de amor.
Capítulo 3: Aarón y sus hijos son consagrados

Después de muchos días de preparación, llegó el gran momento: Aarón y sus hijos fueron consagrados como sacerdotes. Moshé los vistió con ropas sagradas y los ungió con aceite especial. ¡Ahora estaban listos para servir al Creador en el Mishkán!
Moraleja del Cuento
La Parasháh Tzav nos enseña el valor de la obediencia, la dedicación y el servicio con humildad. El fuego continuo sobre el altar nos recuerda que la conexión con el Creador debe ser constante, encendida cada día en nuestros corazones a través de buenas acciones, oración y estudio. Moshé instruyó a Aarón y sus hijos con detalle, mostrándonos que el liderazgo espiritual requiere preparación, disciplina y un corazón limpio. Los sacrificios no eran simples rituales, sino una forma de acercarse al Creador, de expresar gratitud, arrepentimiento y compromiso.
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