Parashá para niños - La Casa de Elohim en la Tierra

En una mañana luminosa, Moisés reunió a todo el pueblo de Israel. Con su túnica marrón y su bastón en la mano, alzó la voz:

—El Creador nos ha pedido que construyamos un hogar especial para Él, ¡un lugar sagrado donde Su presencia habite entre nosotros!

Los israelitas estaban emocionados. Cada familia comenzó a traer lo mejor que tenía: oro brillante, telas finas, maderas preciosas y piedras hermosas. Con corazones alegres, entregaban sus ofrendas para la construcción del Tabernáculo.

Entre las instrucciones del Padre Bendito, la más especial era la del Arca de la Alianza. Debía ser hecha de madera de acacia y recubierta de oro puro. Bezalel, un hombre sabio y hábil, se encargó de su construcción.

Con sus manos fuertes, moldeó cada detalle: dos querubines de oro con alas extendidas protegían el arca. ¡Era una obra magnífica!

Los israelitas siguieron las instrucciones de Dios al pie de la letra. Construyeron un Tabernáculo con cortinas coloridas y columnas de madera. En su interior, colocaron el Arca de la Alianza, el candelabro dorado y la mesa del pan.

Cuando todo estuvo listo, una gran nube descendió del cielo y cubrió el Tabernáculo. ¡Dios estaba con ellos!

Dios desea habitar entre su pueblo y nos enseña que cuando damos con alegría y trabajamos juntos, ¡podemos construir cosas maravillosas!